sábado, 31 de agosto de 2013

Descansar Quiero ....



Muchas veces tomamos el descanso como pereza, y en ocasiones así es, pero el descansar lo necesario no es malo, para nada, en primera instancia nos da perspectiva sobre ciertas áreas que debemos tener en cuenta. En Génesis 1:3 podemos darnos cuenta que Dios aparta ese día para descansar, consideremos que Dios no tiene un cuerpo físico por lo que es obvio que no tiene que ver con lo físico, además si Dios es todopoderoso entonces: “¿descansar de que?,”  este descanso tiene ver con la contemplación de lo que creo, es en momentos de pausa donde puedes mirar donde estás y para donde vas, poder enfocarte en un punto, pero para contemplar una creación tuya (como en el caso de Dios) tiene que haber algo primero, empezar la creación.
Muchas veces creemos que tenemos derecho a descansar por lo que hemos hecho, pero no es así, tenemos derecho al descanso cuando estamos insertos en los caminos de Dios para nuestra vida, en Éxodo 33:12-14 podemos ver como Moisés se interesa por no dar un paso sin que Dios se lo diga, es tanto el temor del Señor y de la encomienda que Él le  puso, que solicita dirección en lo que al tener la presencia de Dios esta el descanso, pero un momento… Moisés tuvo problemas en su camino hacia la tierra prometida, claro que si pero eso no tiene mucho que ver con el descanso si meditamos un momento en esto, en la biblia Dios nos dice lo siguiente:
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas…”( Mateo 11:28-29)

Acá hay algo que si lo pensamos como terrenales no nos cuadra: si estamos cansados por que tenemos que llevar un yugo, ¿no seria mejor no llevar uno?, es simple nunca vamos a encontrar descanso fuera de Dios, podemos esquivarlo, podemos tratar de huir de Él, pero por mas que huyamos y nos hagamos los locos del propósito que Él marcó para nosotros no encontraremos descanso, ¿por que llevar su yugo? Simple, en este verso somos comparados con animales de carga y un animal de carga (al igual que los hombres) siempre tiene un yugo, siempre sirve a alguien, es mucho mejor servir a Dios que incluso a nuestros propios deseos carnales y tontos Mateo 7:11 dice:
 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”
Obviamente podemos ver que Dios no es un torturador de seres humanos DIOS NOS AMA y quiere lo mejor para nosotros, además siguiendo con la metáfora del animal de carga  de Mateo 11:28-29 la función de un animal de carga esta implícita en su nombre… el es un animal de carga, es su función tener un yugo un animal de carga sin yugo no tiene propósito y ni para alimento sirve.
Que tengamos problemas por estar haciendo la labor de Dios no es nada mas que un símbolo de que estamos haciendo las cosas bien, se de personas que se alejan de los caminos de Dios por que “es muy difícil” o por que se cansan de intentarlo, entendamos que la biblia dice que por causa de su palabra recibiremos aflicción en este mundo (Lucas 21:17), por que no servimos a un reino de este mundo (Juan 18:36), pero a su ves esa aflicción no es para siempre (Romanos 8:18), además esa Dios esta en nuestros momentos malos (Jonás 2:2) ya que como todo en esta vida lo que importa no es lo que nos toca en nuestro cuerpo o nuestras emociones lo que mas importa es nuestro espíritu, no vamos a lograr nada en nuestra vida hasta que no entendamos que somos un espíritu en un envase y que lo que le pase a ese envase no es tan importante como lo que le pase a el contenido (espíritu).
El descanso lo encontraremos haciendo lo que Dios nos dice que hagamos, no significa que desde ese día la vida va a ser felicidad, o un jardín de rosas, es más, probablemente sea todo lo contrario pero lo bueno será que el descanso será en nuestro espíritu por saber que estamos haciendo la obra para que nacimos..


jueves, 15 de marzo de 2012

Limpios como la nieve...


Isa 1:18 "Venid, pues, dice Jehovah; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

¿En que pensamos cuando decimos que somos hijos de Dios?.....
¿Por qué si hemos dicho que somos sus hijos nos va mal y no vemos la gloria que Él nos prometió?

 Muchas veces pensamos que con ir a alguna parte, cantar unas cuantas canciones o con pedir perdón de vez en cuando, estamos viviendo una vida para Dios. Es más, creemos que con  confesarle a alguien que somos “cristianos” o con orar cuando algo nos preocupa, estamos haciendo nuestra tarea como hijos de Dios.

 En Isaías 1:18 Dios nos habla acerca de nuestras transgresiones, nuestros pecados. No obstante, es importante clarificar algo: pecado  significa fallar, errar el blanco, si alguna vez has jugado algún juego de puntería sabrás que hay solo un punto para el premio máximo, los demás se pueden acercar, pero no lo son. Por eso, también estamos pecando cuando no hacemos lo que el Señor nos ordena o no enseña.
Si nos damos cuenta,  este versículo nos da a entender que nuestros pecados podrían llegar a ser rojo a rojo intenso, a tal extremo, que nuestros pecados podrían ser de muerte,  tanto para nosotros como para nuestras generaciones. A pesar de esto, grande y misericordioso es Dios para transformar la profundidad de nuestras faltas hasta que sean tan blancas como la nieve.

 Yo mas de una vez pensé que este era un versículo para evangelizar, porque en evangelismos la he escuchado muchas veces, pero si nos fijamos en todo el capitulo 1 de Isaías, en realidad es una exhortación a su pueblo, es decir, a nosotros.
En los versos 2 y 3 del mismo capitulo dice:
         Isa 1:2  ¡Oigan, cielos! ¡Escucha, tierra!  Así dice el Señor:
                      "Yo crié hijos hasta hacerlos *hombres,  pero ellos se rebelaron contra mí.
         Isa 1:3  El buey conoce a su dueño  y el asno el pesebre de su amo;
                      ¡pero Israel no conoce,  mi pueblo no entiende!"

 Dios nos saco del horno de fuego al cual estábamos destinados por nuestros pecados, pero su amor es tan inmenso que nos hizo realmente hijos de Él. A pesar de esta demostración de verdadero amor, nosotros nos empecinamos en comportarnos rebeldemente. A veces llegamos a pensar “nooo, Dios no me va a decir que haga (o que deje) eso, porque me ama”, y nos seguimos revolcando en nuestros excrementos. Según el versículo de arriba, se nombran dos animales: el buey y el burro. Quisiera enfocarme en este último.  El burro es conocido por su mansedumbre y por su capacidad de trasladar cargas. Pero si no comparamos a este animal,  lamentablemente nosotros muchas veces no hemos sido humildes, por eso no conocemos  a nuestro Señor, y como si fuera poco, esta falta de humildad nos impide conocer son las moradas de nuestro Dios. Por nuestra arrogancia no hemos llevado la carga (cual burro) de ser un hijo de Dios. Y esta falta se evidencia en que, por ejemplo, si nos llevamos bien con todos o si no hemos confrontado a alguien por ser hijos de Dios, entonces algo estamos haciendo mal (Mat 10:32 nvi)

 Pensamos que somos hijos de Dios solo por costumbre. Hemos escuchado que Dios escoge a lo vil y despreciado del mundo,  y es cierto, pero no nos escoge para que sigamos siendo así, debemos dejar nuestros pecados color escarlata, mirar a Cristo y volvernos limpios como la nieve.
La versión NVI dice en el verso 5:
¿Para qué recibir más golpes?  ¿Para qué insistir en la rebelión?  Toda su cabeza está herida,  todo su corazón está enfermo.

 Si queremos que nuestro estado  cambie, no podemos estar con las mismas costumbres antiguas: no somos simples simpatizantes, sino que debemos dejar la rebelión y aceptar que debe ser Dios el Señor de nuestra vida. Pero esto no basta solo con decirlo como un loro y seguir mandando y gobernando todo lo que hacemos, por el contrario, debemos perder el control de nuestras vidas y entregársela a Él.

 Si no cambiamos nuestras conductas, entonces Dios repudiará  lo que hagamos.  Por más que adoremos,  levantemos las manos o cantemos, todo eso no importará si insistimos en ser rebeldes y nos empecinamos en seguir con nuestras conductas que el Señor aborrece (Isaías 1:13-15).
Debemos cambiar, dejar de pecar.


….Seamos distintos, hagamos cultura, despojémonos de la inmundicia …